Ona mira el reloj: las 17,12 horas. Pasan 12 minutos.
Elsa le da un vistazo a la hora y deja escapar un largo suspiro.
Ona vuelve a mirar la hora: las 17,14 y lleva 67 baldosas contabilizadas del suelo.
Las facciones de Elsa se endurecen y no deja de ir de arriba abajo del pasillo. ¡Menuda pérdida de tiempo!, maldice enojada.
67, 68, 79, 99 baldosas... Mira el reloj y decide enojada contar manchas de humedad en la pared. ¡Me enoja tanto la gente impuntual!
Elsa busca en el bolsillo su móvil... Lo toca. ¡No la llamo!
5 manchas de humedad... ¿La llamo? No.
De punta a punta, enojadas.
De punta a punta, así, una eternidad.
Pili Egea
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